martes, 18 de agosto de 2009


Increible, si no fuera cierta, la historia del dolor de este hombre a la muerte de su hija e increible lo que hace por compartir la soledad de su hija.... Nunca, desde que me la contaron un oscuro atardecer de diciembre hace tres años, desde que me la contó el actual albacea de su legado , mi querido josé nuñez de castro, y en el mísmisimo cementerio de Archidona, nunca antes , insisto, me he sentido tan extraordinariamente solidario con un dolor ajeno, ni nunca fui tan excepcionalmente comprensivo con una necesidad ajena, ni nunca estuve tan terriblemente asustado como aquella tarde en que la realidad, una vez más, superó con creces la ficción.... Su nombre Antonio Gonzalez Gozalvez.